En la transformación, la motivación es importante, pero la disciplina te dará el éxito.
En este blog, dedicado a la tecnología y los negocios, se vuelve imprescindible hablar de los factores de éxito ante una transformación digital inminente y en todo momento activa. En ocasiones, durante un proceso de transformación, las empresas pueden disponer de información exhaustiva y precisa, contar con una planificación adecuada y bien estructurada, poseer un equipo capacitado, una infraestructura sólida y una inversión realizada. Además, es posible que mantengan un clima organizacional saludable e, incluso, cuenten con la suficiente motivación para emprender un proceso que, en muchas instancias, resulta desafiante. Pero entonces, por qué hay casos de grandes consorcios que han fallado? Pues mucho tuvo que ver el factor clave de la disciplina del que hablaremos en este artículo. He recapitulado algunos ejemplos de famosas organizaciones que han fallado por no tener disciplina en la ejecución de algún proceso importante del negocio. 1. Blockbuster: fue una empresa líder en la industria del alquiler de películas durante la década de 1990. Sin embargo, la empresa no pudo adaptarse a la llegada de las plataformas de streaming, como Netflix, y finalmente quebró en 2010. Uno de los principales factores que contribuyeron al fracaso de Blockbuster fue su falta de disciplina en la ejecución de su transformación digital. La empresa tardó demasiado en adoptar la tecnología de streaming y, cuando finalmente lo hizo, no pudo competir con los precios más bajos y la mayor comodidad que ofrecían sus competidores. 2. Kodak: fue una empresa pionera en la fotografía y la cinematografía. La empresa no pudo adaptarse a la revolución digital y finalmente quebró en 2012. Nuevamente, la falta de disciplina en la innovación dieron pie a su fracaso. La empresa se centró en la mejora de sus productos y servicios tradicionales, en lugar de invertir en las nuevas tecnologías emergentes. 3. Nokia: fue una empresa líder en la industria de la telefonía móvil durante la década de 2000. Sin embargo, la empresa no estaba preparada para la llegada de los smartphones y finalmente fue adquirida por Microsoft en 2014. Su falta de disciplina en la gestión del cambio fue el precursor de su declive. La empresa se dedicó en proteger su posición dominante en el mercado de los teléfonos móviles tradicionales, en lugar de adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores. 4. Sears: Sears fue una empresa líder en la industria minorista durante la década de 1980. Sin embargo, el comercio electrónico tomó por sorpresa a la empresa que no pudo adaptarse de manera eficiente y finalmente quebró en 2018. Uno de los principales factores que contribuyeron al fracaso de Sears fue su falta de disciplina en la gestión de su cartera de tiendas. La empresa se esmeró en mantener abiertas tiendas ineficientes, en lugar de cerrarlas y centrarse en sus tiendas más rentables. Basándome en la evidencia documentada en los casos comerciales de estas empresas, estoy convencido de que contaban con cierta claridad sobre la dirección que debían tomar y, en algún momento, experimentaron una motivación potente para emprender una transformación. Sin embargo, es crucial destacar que, aunque la motivación actúa como un impulso inicial significativo, es la disciplina la que realmente sustenta y guía nuestro camino hacia el éxito a largo plazo. La motivación puede ser efímera, una llama brillante pero fugaz que a menudo se desvanece con el tiempo. En cambio, la disciplina es el combustible constante que alimenta nuestro progreso. Es la fuerza que nos impulsa a seguir adelante incluso cuando las cosas se ponen difíciles y cuando la motivación inicial se desvanece y solo queda el trabajo duro y constante. Así que, cuando la motivación parezca esfumarse, recuerden que la disciplina es su aliada más confiable. Como personas y como organización se deben establecer metas realistas; es importante crear un plan de acción y comprometerse a seguirlo con disciplina, la cual debe ser establecida y liderada por la alta dirección. Pero no sólo eso, se debe buscar la permeabilidad hacia todos los puntos de la organización a través de los cuerpos gerenciales. Es importante celebrar los pequeños avances diarios, ya que son estos los que construirán el camino hacia el éxito duradero. En resumen, la lata dirección debe confiar en la disciplina para llevar a la organización más allá de las fluctuaciones emocionales por las dificultades del proceso. La motivación puede encender la chispa, pero es la disciplina la que mantiene viva la llama del progreso constante. ¡Adelante con determinación y disciplina!
Con optimismo,
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